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Esta modalidad, que consiste en un alquiler a largo plazo del vehículo, se ha convertido en una opción muy interesante tanto para particulares como para profesionales

 

El renting de coches no deja de crecer. Esta modalidad, que consiste en un alquiler a largo plazo del vehículo, se ha convertido en una opción muy interesante tanto para particulares como para profesionales. Si nos centramos en el renting para autónomos y empresas, cobra aún más importancia debido a algunos motivos de peso. En este caso vamos a repasar las ventajas fiscales que puede aportar el renting a los profesionales, de la mano de Coches.com.

Como en el caso de los particulares, hay una cuota que se paga de forma mensual por el uso del vehículo en cuestión y de su mantenimiento. La diferencia es que autónomos y pymes se pueden desgravar hasta el 100% de las cuotas mensuales del renting. En el caso de las empresas, se puede imputar como un gasto deducible en el Impuesto de Sociedades al igual que otros alquileres de vehículos o maquinaria.

En el caso de los autónomos, el renting también está contemplado como un gasto deducible en el IRPF. Es importante que quede totalmente justificado que el vehículo de renting se utiliza de forma profesional exclusivamente y que no es usado para cuestiones personales. Solo existe la excepción de aquellos profesionales que estén sujetos al régimen de estimación objetiva.

Eso era sobre el Impuesto de Sociedades y el IRPF, pero hay que decir que el renting también tiene ventajas con el IVA. Si el vehículo está afecto a la actividad de forma exclusiva también se puede deducir el 100% de la cuota mensual. Para justificarlo puede servir que el coche tenga la serigrafía de la empresa o que esté en el garaje de la empresa durante los fines de semana. De lo contrario, existe una presunción de afectación del 50%.

Además de estas ventajas fiscales, otro punto positivo para el renting para autónomos y empresas es que las deducciones se aplican de forma inmediata. Esta modalidad está considerada contablemente como un gasto y por eso se aplica así. En el caso de optar por la compra o el leasing no sería así, pues se requeriría consignarlo en el balance y crear un cuadro de amortizaciones.

A esto hay que sumar que para el renting no es necesario pedir ningún tipo de financiación. La inversión inicial para PYMES y autónomos suele ser elevada, pero si se opta por el renting solo tendrán que pagar esas cuotas mensuales y se reducirá su nivel de endeudamiento. Al mismo tiempo, también disminuiría el coste total de propiedad al venir incluido el mantenimiento y, en algunos casos, hasta el seguro o los neumáticos.

Estas ventajas fiscales del renting para autónomos y empresas se suman a las ya tradicionales de esta modalidad. Al final del contrato, el profesional puede elegir si quedarse con el vehículo pagando la diferencia, pero también lo puede cambiar por otro totalmente nuevo renovando el contrato de renting. De esta forma, siempre se podrá disponer de coches nuevos y a la última para realizar la actividad profesional con total garantía.