En la actualidad, la responsabilidad penal de las personas jurídicas se ha convertido en un tema de especial relevancia para las empresas en España. No se trata de un mero tema teórico, sino de una realidad que puede tener serias repercusiones para cualquier entidad que no tome las precauciones adecuadas.
Desde la reforma del Código Penal en 2010, las personas jurídicas pueden ser penalmente responsables por delitos cometidos en su nombre o por su cuenta, por quienes tienen facultades de representación o toma de decisiones, y por quienes están autorizados para actuar en su nombre. Pero, ¿en qué consiste realmente esta responsabilidad y cómo puede una empresa prevenir posibles sanciones?
¿Qué es la responsabilidad penal de las personas jurídicas?
La responsabilidad penal de las personas jurídicas surge cuando una entidad, sea esta una empresa, una asociación, una fundación, entre otras, se ve involucrada en la comisión de un delito. Esta responsabilidad no excluye la responsabilidad individual de las personas físicas que hayan participado en la comisión del delito, pero sí añade un nivel de responsabilidad a la entidad como un todo.
¿Cómo pueden las empresas enfrentarse a sanciones?
El incumplimiento de normativas, regulaciones y leyes puede llevar a la empresa a enfrentarse a sanciones que varían desde multas económicas hasta la disolución de la entidad. Algunos de los delitos que pueden acarrear la responsabilidad penal de una persona jurídica son: delitos contra la Hacienda Pública, delitos medioambientales, delitos de blanqueo de capitales, entre otros.
Prevención: El papel de los programas de cumplimiento
La mejor manera de prevenir la responsabilidad penal de las personas jurídicas es mediante la implementación de programas de cumplimiento (o compliance programs). Estos programas deben ser diseñados a la medida de la empresa, tomando en cuenta sus particularidades y riesgos asociados a su actividad.
Estos programas no solo deben contener una descripción detallada de las normas y procedimientos a seguir, sino que también deben incluir mecanismos de detección y corrección de posibles incumplimientos. Es crucial que estas medidas no sean meramente teóricas, sino que se implementen y se supervisen activamente.
El papel del Compliance Officer
La figura del Compliance Officer o responsable de cumplimiento es esencial en cualquier programa de compliance. Esta persona o equipo tiene la responsabilidad de monitorizar, revisar y actualizar el programa de cumplimiento, asegurándose de que la empresa se mantenga al día en cuanto a las regulaciones y normativas que le afectan.
Consecuencias de no tener un programa de cumplimiento adecuado
Más allá de las posibles sanciones penales, no tener un programa de cumplimiento adecuado puede llevar a la empresa a enfrentar daños a su reputación, pérdida de clientes y una posible devaluación en el mercado. En el peor de los casos, la empresa podría verse obligada a cesar operaciones.
Conclusión
En un mundo empresarial cada vez más regulado y vigilado, es esencial que las empresas tomen las medidas adecuadas para prevenir cualquier tipo de responsabilidad penal. Esto no solo les evitará posibles sanciones, sino que también les permitirá operar con la tranquilidad y confianza de saber que están cumpliendo con todas sus obligaciones legales.
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